
Ciudad de México, México. – Con la llegada del frío, los días cortos y las noches largas, algo cambia no solo en el clima, sino también en nuestro estado de ánimo. Diversos estudios psicológicos y biológicos coinciden en que durante el otoño y el invierno las personas tienden a enamorarse más rápido . No se trata de un mito romántico, sino de una respuesta del cuerpo y la mente ante las transformaciones propias de la temporada.
Los especialistas explican que en los meses fríos disminuye la exposición al sol y, con ello, bajan los niveles de serotonina , la hormona asociada al bienestar. Esta reducción genera una sensación de melancolía y una mayor necesidad de conexión emocional. De forma natural, el cuerpo busca compensar esa carencia afectiva a través del contacto humano y el vínculo amoroso.
Los celos caninos existen (pero no como los humanos): así reaccionan los perros según los expertos10 hábitos que alargan tu vida, según Harvard: la clave está en tus rutinas diariasEl fenómeno, conocido popularmente como “cuffing season” , ha sido objeto de estudio en universidades de Estados Unidos y Europa. Los investigadores han observado que, durante esta época, aumentan las búsquedas en aplicaciones de citas, los mensajes románticos y la disposición general a iniciar relaciones. Según los expertos, el clima influye directamente en el deseo de intimidad, calidez y compañía .
El otoño, además, marca un punto de transición emocional: el fin del verano y el inicio de nuevas rutinas invitan a la introspección, a establecer propósitos y, en muchos casos, a abrirse a nuevas experiencias afectivas. El contexto social también juega un papel importante: las festividades, los reencuentros familiares y las celebraciones decembrinas refuerzan la necesidad de compartir momentos y emociones.
Desde la biología, el frío puede provocar ligeros cambios hormonales. Algunos estudios sugieren que los niveles de testosterona aumentan durante los meses invernales, lo que podría intensificar la atracción y la búsqueda de pareja. A su vez, el cuerpo libera oxitocina —la hormona del apego— durante los abrazos y el contacto físico, fortaleciendo el vínculo emocional.
La ciencia, entonces, respalda lo que el corazón ya intuía: el amor se siente más fuerte cuando baja la temperatura . En una estación marcada por el reconocimiento y la cercanía, el deseo de conexión humana se convierte en una forma de abrigo emocional frente al invierno.
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Foto: Especial
Djs