Cuando parecía que el Yunque poblano iría sólido a dar una de sus últimas batallas para tratar de recuperar uno de sus antiguos bastiones, el Consejo Coordinador Empresarial de Puebla, la ambición de Herberto Rodríguez Regordosa y del grupo Santiago dividió a la ultraderecha poblana.
El Yunque había apostado por el expresidente de la Cámara de Comercio, Juan Pablo Cisneros Madrid, para que se convirtiera en su carta y recuperar el CCE de manos de los “colaboracionistas”, a quienes acusan de haber convertido al organismo cúpula empresarial de Puebla en un sector más de Morena y no les falta razón en sus dichos.
Varios expresidentes de este organismo le habían dado ya su respaldo a Cisneros para ir por la presidencia del CCE y desplazar al grupo encabezado por Héctor Sánchez Morales y el presidente de la CMIC, Gustavo Vargas Constantin, quienes se han beneficiado de su relación con los gobiernos morenistas y estaban logrando equilibrar las cosas, hasta que el protagonismo de Herberto echó todo al traste.
Herberto es hombre brillante, un buen académico, pero aún no digiere la derrota que sufrió hace algunos años, de la mano de Taico Alarcón, quien le ganó la dirigencia del CCE por un margen mínimo, pero finalmente triunfó el exitoso empresario dueño de hoteles y restaurantes. Esto ocurrió el 20 de diciembre de 2019.
Desde entonces, Herberto ha soñado con desquitarse de esa derrota y recuperar el CCE de Puebla para el Yunque; sin embargo, no se había presentado la oportunidad y ahora que el hartazgo ante la gestión de Héctor Sánchez es amplio, Rodríguez Regordosa quiere volver por sus fueros, pero dividiendo al Yunque, lo cual solo augura una derrota para este bloque.
De hecho, el rector de la UPAEP, Emilio José Baños Ardavín, y el expresidente del CCE y de la Coparmex a nivel nacional, Antonio Sánchez Díaz de Rivera, han mantenido su apoyo a favor del expresidente de la Canaco, Juan Pablo Cisneros Madrid, quien ayer se separó de su cargo para ir por la dirigencia del organismo cúpula en Puebla.
A muy pocos les cayó bien la noticia de que Herberto iba a postularse para buscar la presidencia del CCE, porque el acuerdo de la ultraderecha era apoyar a Cisneros como su candidato para recuperar este organismo, el cual se ha convertido, desde su óptica, en un sector más de Morena, a la vieja usanza del priato.
Herberto rompió la unidad de la derecha poblana, la cual perdió las pocas posibilidades de ganar esta elección al dividirse y es que según el empresario y académico, Cisneros desde su óptica es muy poco competitivo para disputarle al expresidente de la Canadevi, Alberto Moreno Monroy, la presidencia del Consejo Coordinador y al “oficialismo”.
A los quejosos no les falta razón, los únicos que se han beneficiado con el manejo del CCE y de la CMIC son sus presidentes, quienes han logrado sacar jugosos contratos de los gobiernos morenistas, olvidándose de sus representados y por ese paso va la presidenta de la Coparmex, Bety Camacho, a la cual solo le falta ser parte del gabinete del gobernador Armenta.
Es una verdadera lástima que la ambición personal de Herberto Rodríguez haya dado al traste, tal vez la última oportunidad que el Yunque tenía para recuperar el CCE.
Y por cierto, hablando del Yunque y del CCE, este día se llevó a cabo la comida de Navidad del Consejo Coordinador Empresarial, en la hacienda de San José Actipan, propiedad del santón, Jorge Espina Reyes.
Que lejos están los tiempos en que los organismos empresariales eran verdaderos contrapesos del poder en turno y como se extraña a antiguos presidentes como el propio Jorge Espina o José Manuel Rodoreda Artasánchez, que sí tenían pantalones.
La presunta oposición. Muy mal sabor de boca dejó la postura que asumió el grupo de Movimiento Ciudadano en el Senado de la República, cuyos seis legisladores votaron a favor de Ernestina Godoy, para que se convirtiera en la nueva titular de la Fiscalía General de la República.
Lo mismo ocurrió con algunos senadores de Acción Nacional que también votaron a favor de la designación de la exfiscal en la Ciudad de México y titular durante un año de la consejería jurídica con Claudia Sheinbaum.
Sin embargo, los seis votos de MC más los de los senadores de Acción Nacional reflejan lo que en este espacio le revelé la semana pasada: hay un gran acuerdo con la presidenta Sheinbaum rumbo al 2027, para que el bloque opositor pueda sumar en algunos estados al Verde y ganar en donde le convenga a la presidenta, en donde ella así lo quiera, y que Morena pierda.
Como lo adelanté en su momento, la gran conjura se cocina en el Senado, a través de Clemente Castañeda, Luis Donaldo Colosio y Manuel Velasco. Ojo mucho ojo.
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clh
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