Cuetzalan, Pue. - Ubicado entre montañas cubiertas de neblina y vegetación exuberante, Cuetzalan es uno de esos lugares que parecen suspendidos en el tiempo. Este Pueblo Mágico, enclavado en la Sierra Norte de Puebla, ha logrado conservar su identidad indígena y su entorno natural, lo que lo convierte en un destino ideal para quienes buscan desconectarse de la ciudad y reconectar con lo esencial.
La protesta que incendió unidades de Ruta es injustificadaFuerza 2000 sale en defensa de El Fede: se deslindan de muertos en Mercado 5 de MayoA poco más de tres horas de la capital poblana, Cuetzalan recibe a sus visitantes con calles empedradas, casas encaladas con techos de teja roja y una atmósfera que combina tradición, historia y espiritualidad. A diferencia de otros destinos más intervenidos por el turismo de masas, aquí la vida cotidiana mantiene un fuerte vínculo con las raíces totonacas y nahuas, presentes en los mercados, en la lengua, y en los rituales que siguen vigentes.
El entorno natural es otro de los grandes atractivos. En sus alrededores hay cascadas, pozas y cuevas que son parte de antiguas leyendas locales. Sitios como la Poza Pata de Perro, las Cascadas de Las Brisas, o la enigmática Cueva del Chivostoc, ofrecen espacios para explorar y entrar en contacto directo con la naturaleza, sin necesidad de grandes desarrollos turísticos.
Además, cada domingo, el mercado tradicional se convierte en un punto de encuentro donde se comercializan productos locales como café de altura, miel, bordados y artesanías. El café, en particular, ha ganado reconocimiento por su aroma y sabor, resultado del clima húmedo y la altura de la región.
Más allá de su belleza escénica, Cuetzalan representa un ejemplo de cómo el turismo puede convivir con la cultura viva y el respeto al entorno. Sin embargo, también enfrenta retos: el acceso por carretera puede ser complicado en temporada de lluvias, y la infraestructura turística es limitada, lo cual, aunque preserva su autenticidad, exige una planeación más consciente por parte del visitante.
Para llegar desde la ciudad de Puebla, el trayecto toma aproximadamente tres horas y 20 minutos, siguiendo la autopista Amozoc–Perote y después desviando hacia la carretera federal que conduce a Cuetzalan.
Quienes buscan una experiencia fuera del circuito turístico convencional, encontrarán en este rincón de Puebla un equilibrio entre naturaleza, historia y comunidad.
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